PREPARACIÓN
• Comenzamos lavando las fresas y quitándoles los rabitos. Las dejamos secar y las reservamos. Por otro lado, mojamos las hojas de gelatina en agua fría, las dejamos en el agua unos 10 minutos. Calentamos 3 cuahradas de nata, sólo 3 cucharadas, sacamos las láminas de gelatina del agua y las ponemos en la nata. Removemos hasta que la gelatina esté disuelta. Reservamos la mezcla.
• Tomamos la nata que nos queda y la montamos, junto con el azucar. Cuando esté firme le añadimos el medio kilo de queso quark. Lo removemos para que se integre bien y le añadimos la gelatina, ya templada, volvemos a remover para que quede bien integrada.
• Tomamos un molde desmoldable y cubrimos su fondo con los sobaos, si queremos podemos partir los sobaos a la mitad, para que no sean tan altos. Bañamos los sobaos con 100 mililitros de vino dulce.
• Sobre esta capa, ponemos la mitad de la mezcla de queso y nata, ponemos una capa de fresas en rodajas (generosa). Ponemos otra capa de sobaos, los volvemos a bañar en vino dulce, ponemos otra capa de la mezcla de queso y nata y decoramos toda la parte superior con fresas cortadas.
• Dejamos que cuaje durante 3 horas en la nevera y desmoldamos. Sara, una vez desmoldada la tarta puso unos bizcochos de soletilla para rodearla y que quedase realmente preciosa.

→ Notas: La nata es conocida en algunos países como crema de leche. Los sobaos pasiegos son un tipo de magdalenas planas. Y el queso quark es un tipo de queso batido cremoso.
→ Si vamos a hacer la tarta para niños, podemos sustituir el vino dulce por zumo de naranja.